Capital Federal – El pacto entre el candidato presidencial Ricardo Alfonsín y el candidato a gobernador bonaerense, Francisco De Narváez, no está atravesando el mejor de sus momentos. Distintas agrupaciones del centenario partido no dejan de golpear “el intento de derechización”, mientras que sus aliados naturales, -Gen y Socialismo-, huyeron de ese armado ni bien comenzó a comentarse. En tanto, una decena de intendentes radicales ya trabajan el “corte de boleta”, en beneficio de Daniel Scioli para la gobernación y Cristina F. de Kirchner en Nación.
Con diplomacia, el gobernador socialista Hermes Binner desairó a Alfonsín. Le dijo que el socialismo resuelve los acuerdos distritales justamente en esos territorios, y la letra chica de la situación la escriben sus espadas bonaerenses, como por ejemplo el diputado Ricardo Cucovillo o su par, Carlos Nivio. Ellos están al mando del barco socialista en provincia de Buenos Aires y ya decidieron que estarán lo más lejos posible del radicalismo si este avanza con su pacto con De Narváez.
En rigor, los socialistas están muy cómodos en la provincia caminando a la par de la líder del Gen, Margarita Stolbizer, y la historia no es nueva porque en el 2009 armaron su propia bancada y trabajaron todos los temas legislativos bonaerenses de común acuerdo.
Alfonsín trata de minimizar el impacto del corrimiento de su partido, la UCR, a la derecha del espectro político, y asegura que los acuerdos provinciales no van a alterar el sentido de su programa nacional. Pero sin embargo, todo acuerdo está nacionalizado al punto tal que repercute en el conjunto del país.
Las charlas con el macrismo existieron, y tal es así que la Convención Metropolitana de la UCR entró en crisis porque un importante sector de la UCR Capital, que responde a Enrique “Coti” Nosiglia y a Jesús Rodríguez, mantenían diálogo con el macrismo vía el “Tano” Angelici. Finalmente, en ese partido quedaron en punto muerto, ya que sacaron una resolución que decretaba la alianza con Pino Solanas, aunque el cineasta los maltrató y les dijo que a su frente no ingresaban.
En el caso de la Capital ocurre algo curioso. Silvana Giudici, la diputada nacional que es además la candidata a acaldesa, no mide en las encuestas más que un punto o punto y medio, y el centenario partido tendrá que remar con esa postulación luego de que Pino no los admitiera, ni tampoco el centroderechista Ricardo López Murphy, que tiene siete u ocho puntos en las mediciones. Y lo increíble del caso es que el socialismo, aliado natural de la UCR nacional hasta el momento, no mostró demasiada solidaridad con sus “primos” cuando Pino Solanas los vetó. De hecho, el PS porteño está en la alianza con el director de cine, pero sus compañeros de ruta se quedaron en la puerta.
Ni que hablar el efecto Radicales K, que en el distrito Capital se tornó fuerte, y pudo armar en la totalidad de las comunas. En los últimos veinte días empapelaron la Ciudad con un mensaje del referente de ese espacio, Marcelo Montero, y lo remataron hace 48 horas con una pintada bajo la consigna directa: “Cristina 2011 – Montero por la Ciudad”. El dirigente en cuestión tiene estrecha vinculación con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y es una suerte de “llave” para el ingreso de radicales a la nueva red de radicales que apoyan al kirchnerismo.
Movimientos radicales en contra del pacto con De Narváez
En el día de ayer, Impulso Baires publicó varias posiciones de sectores radicales bonaerenses que cuestionan al comité provincial por el pacto Alfonsín – De Narváez. Incluso, la Juventud Radical del alfonsinismo se oponen al mismo.
La Juventud Radical de la línea interna Mo.Re.Na., que lidera el diputado y candidato presidencial por ese partido, Ricardo Alfonsín, emitió un durísimo pronunciamiento rechazando de plano las posibilidades de alianza con el empresario y diputado, Francisco De Narváez. “No a la Derecha en la U.C.R”, se titula el documento del espacio.
Dice: “las versiones sobre la postulación del excéntrico empresario Francisco De Narváez como candidato a gobernador de nuestra provincia de Buenos Aires representan la firma del certificado de defunción del Frente Progresista a nivel local”.
En un tono similar se manifestaron los jóvenes conocidos como “Generación R”, de la ciudad de 9 de Julio, Cuarta Sección Electoral bonaerense. Allí acentuaron: “decimos no a una alianza electoral con Francisco De Narvaez, ni con el PJ Federal, ni con ninguno de sus dirigentes. Porque ellos no tienen nada que ver con nuestro pensamiento socialdemócrata”, destacan.
En un documento encabezado por una frase de ex presidente Raúl Alfonsín, que decía: "si la sociedad se hubiese derechizado, lo que la UCR debe hacer en todo caso es prepararse para perder elecciones, pero nunca para hacerse conservadora"; los jóvenes radicales fijaron su posición anti acuerdo.
“La Unión Cívica Radical tiene la posibilidad de ser alternativa a los 8 años de gobierno kirchnerista, pero para eso se debemos ser claros a la hora de construir un Frente Electoral y de Gobierno”, dicen.
“Desde Generación R, sector interno de la UCR, queremos hacer un llamado a los dirigentes de nuestro partido para que sean coherentes a la hora de adoptar definiciones en torno a la conformación de ese frente”, enfatizan.
“Mantengamos la coherencia y mostremos a la sociedad ideas claras, base fundamental para la construcción de una alternativa de gobierno al actual oficialismo”, sostienen.
Como broche de oro para la negativa al paco, la Corriente de Opinión Nacional, que a nivel nacional lidera Federico Storani, también criticó la actitud pactista, y pidieron al comité Provincia, que preside el alfonsinista, Miguel Bazze que no hagan “un pacto espurio”.
Solicitaron, de esa forma: "que honren la mejor historia y no comprometan con actos y alianzas espurias el futuro del Partido y el de millones de argentinos que creyeron y creen en la U.C.R.".
Solos, solitos y solos
Por estas horas, en la UCR alfonsinista corre por las espaldas el frío de tener que terminar en un pacto no querido, y replicar lo dificultoso que les resultó el acuerdo de hace menos de cuatro años con Roberto Lavagna, a quien llevaron de candidato presidencial. Pero mucho más frío les está significando la posibilidad de tener que concurrir solos a las urnas, luego de distanciarse de sus socios naturales, y ver que en la práctica los radicales no votan a De Narváez, como tampoco los dirigentes del empresario digieren a Alfonsín.
“Cero es la suma”, dijo contundente un dirigente vinculado al Comité Nacional radical, y agregó: “a este acuerdo no lo quiere trabajar nadie. Ningún militante tiene cara para andar por la calle con la banderita del Colorado”.
Mientras tanto, varios intendentes radicales están en buena relación con el oficialismo nacional y bonaerense. Algún más, otros no tanto, pero todos ellos no quieren comprometer la gobernabilidad distrital presente y futura, como mucho menos la realidad electoral. Hay jefes comunales como Pablo Guacone, radical de San Pedro, que ya enfatizaron su apoyo al oficialismo a partir de cultivar buena relación con De Vido. Otros como Raúl Iribarne, de Monte, o Carlos Orestes, de Coronel Pringles, tienen fluidas palabras de elogio para con el Gobierno nacional y también con el sciolismo.
Con diplomacia, el gobernador socialista Hermes Binner desairó a Alfonsín. Le dijo que el socialismo resuelve los acuerdos distritales justamente en esos territorios, y la letra chica de la situación la escriben sus espadas bonaerenses, como por ejemplo el diputado Ricardo Cucovillo o su par, Carlos Nivio. Ellos están al mando del barco socialista en provincia de Buenos Aires y ya decidieron que estarán lo más lejos posible del radicalismo si este avanza con su pacto con De Narváez.
En rigor, los socialistas están muy cómodos en la provincia caminando a la par de la líder del Gen, Margarita Stolbizer, y la historia no es nueva porque en el 2009 armaron su propia bancada y trabajaron todos los temas legislativos bonaerenses de común acuerdo.
Alfonsín trata de minimizar el impacto del corrimiento de su partido, la UCR, a la derecha del espectro político, y asegura que los acuerdos provinciales no van a alterar el sentido de su programa nacional. Pero sin embargo, todo acuerdo está nacionalizado al punto tal que repercute en el conjunto del país.
Las charlas con el macrismo existieron, y tal es así que la Convención Metropolitana de la UCR entró en crisis porque un importante sector de la UCR Capital, que responde a Enrique “Coti” Nosiglia y a Jesús Rodríguez, mantenían diálogo con el macrismo vía el “Tano” Angelici. Finalmente, en ese partido quedaron en punto muerto, ya que sacaron una resolución que decretaba la alianza con Pino Solanas, aunque el cineasta los maltrató y les dijo que a su frente no ingresaban.
En el caso de la Capital ocurre algo curioso. Silvana Giudici, la diputada nacional que es además la candidata a acaldesa, no mide en las encuestas más que un punto o punto y medio, y el centenario partido tendrá que remar con esa postulación luego de que Pino no los admitiera, ni tampoco el centroderechista Ricardo López Murphy, que tiene siete u ocho puntos en las mediciones. Y lo increíble del caso es que el socialismo, aliado natural de la UCR nacional hasta el momento, no mostró demasiada solidaridad con sus “primos” cuando Pino Solanas los vetó. De hecho, el PS porteño está en la alianza con el director de cine, pero sus compañeros de ruta se quedaron en la puerta.
Ni que hablar el efecto Radicales K, que en el distrito Capital se tornó fuerte, y pudo armar en la totalidad de las comunas. En los últimos veinte días empapelaron la Ciudad con un mensaje del referente de ese espacio, Marcelo Montero, y lo remataron hace 48 horas con una pintada bajo la consigna directa: “Cristina 2011 – Montero por la Ciudad”. El dirigente en cuestión tiene estrecha vinculación con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y es una suerte de “llave” para el ingreso de radicales a la nueva red de radicales que apoyan al kirchnerismo.
Movimientos radicales en contra del pacto con De Narváez
En el día de ayer, Impulso Baires publicó varias posiciones de sectores radicales bonaerenses que cuestionan al comité provincial por el pacto Alfonsín – De Narváez. Incluso, la Juventud Radical del alfonsinismo se oponen al mismo.
La Juventud Radical de la línea interna Mo.Re.Na., que lidera el diputado y candidato presidencial por ese partido, Ricardo Alfonsín, emitió un durísimo pronunciamiento rechazando de plano las posibilidades de alianza con el empresario y diputado, Francisco De Narváez. “No a la Derecha en la U.C.R”, se titula el documento del espacio.
Dice: “las versiones sobre la postulación del excéntrico empresario Francisco De Narváez como candidato a gobernador de nuestra provincia de Buenos Aires representan la firma del certificado de defunción del Frente Progresista a nivel local”.
En un tono similar se manifestaron los jóvenes conocidos como “Generación R”, de la ciudad de 9 de Julio, Cuarta Sección Electoral bonaerense. Allí acentuaron: “decimos no a una alianza electoral con Francisco De Narvaez, ni con el PJ Federal, ni con ninguno de sus dirigentes. Porque ellos no tienen nada que ver con nuestro pensamiento socialdemócrata”, destacan.
En un documento encabezado por una frase de ex presidente Raúl Alfonsín, que decía: "si la sociedad se hubiese derechizado, lo que la UCR debe hacer en todo caso es prepararse para perder elecciones, pero nunca para hacerse conservadora"; los jóvenes radicales fijaron su posición anti acuerdo.
“La Unión Cívica Radical tiene la posibilidad de ser alternativa a los 8 años de gobierno kirchnerista, pero para eso se debemos ser claros a la hora de construir un Frente Electoral y de Gobierno”, dicen.
“Desde Generación R, sector interno de la UCR, queremos hacer un llamado a los dirigentes de nuestro partido para que sean coherentes a la hora de adoptar definiciones en torno a la conformación de ese frente”, enfatizan.
“Mantengamos la coherencia y mostremos a la sociedad ideas claras, base fundamental para la construcción de una alternativa de gobierno al actual oficialismo”, sostienen.
Como broche de oro para la negativa al paco, la Corriente de Opinión Nacional, que a nivel nacional lidera Federico Storani, también criticó la actitud pactista, y pidieron al comité Provincia, que preside el alfonsinista, Miguel Bazze que no hagan “un pacto espurio”.
Solicitaron, de esa forma: "que honren la mejor historia y no comprometan con actos y alianzas espurias el futuro del Partido y el de millones de argentinos que creyeron y creen en la U.C.R.".
Solos, solitos y solos
Por estas horas, en la UCR alfonsinista corre por las espaldas el frío de tener que terminar en un pacto no querido, y replicar lo dificultoso que les resultó el acuerdo de hace menos de cuatro años con Roberto Lavagna, a quien llevaron de candidato presidencial. Pero mucho más frío les está significando la posibilidad de tener que concurrir solos a las urnas, luego de distanciarse de sus socios naturales, y ver que en la práctica los radicales no votan a De Narváez, como tampoco los dirigentes del empresario digieren a Alfonsín.
“Cero es la suma”, dijo contundente un dirigente vinculado al Comité Nacional radical, y agregó: “a este acuerdo no lo quiere trabajar nadie. Ningún militante tiene cara para andar por la calle con la banderita del Colorado”.
Mientras tanto, varios intendentes radicales están en buena relación con el oficialismo nacional y bonaerense. Algún más, otros no tanto, pero todos ellos no quieren comprometer la gobernabilidad distrital presente y futura, como mucho menos la realidad electoral. Hay jefes comunales como Pablo Guacone, radical de San Pedro, que ya enfatizaron su apoyo al oficialismo a partir de cultivar buena relación con De Vido. Otros como Raúl Iribarne, de Monte, o Carlos Orestes, de Coronel Pringles, tienen fluidas palabras de elogio para con el Gobierno nacional y también con el sciolismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario