lunes, 30 de mayo de 2011

Impulso Baires - Panorama político bonaerense: Otra vez la “crispación” es la llave electoral

La Plata (Por Fabricio Moschettoni, de Impulso Baires. Twitter@impulsobaires.com.ar. Facebook facebook.com/moschettoni ) -

Mientras se aguardan con ansiedad tres próximas contiendas electorales de fuste, como son Capital Federal, Córdoba y Santa Fe, en la provincia de Buenos Aires late con fuerza el corazón de la oposición y se viven instancias decisivas para saber el formato de la misma. Las encuestas, por su parte, siguen mostrando aire para el oficialismo, en tanto que sus seguidores fluctúan sobre el segundo lugar, que, por ahora, es de Eduardo Duhalde en el plano nacional.

En el gobierno nacional y en el bonaerense insisten con que la mejor campaña es la gestión que están realizando, y con eso sostienen que es suficiente como para alzarse con los comicios de octubre próximo. En la oposición hay desalientos y cambios constantes, y hace tiempo dejó de ser una amenaza que lleve a una segunda vuelta electoral. En realidad, para el oficialismo, el mayor problema está en cómo administra el poder para su interior, y de qué forma se planta íntegro para garantizar la gobernabilidad de los años próximos, la que va a poder sostener de forma monolítica si distribuye el juego del poder con la generosidad propia de los grandes triunfadores.

En los meses siguientes, antes de las elecciones nacionales, van a venir una serie de escenarios bastante movedizos, que bien pueden sumarle puntos al oficialismo, si es que sale airoso, pero difícilmente pueda perjudicarlo en el plano grande. Llegan las complementarias de Chubut (29 de mayo), en donde el dasnevismo tal vez alcance una victoria pírrica en las urnas pero ya el daño y la derrota para su modelo local está hecho; igual la gestión nacional ese mismo día va a mostrar un contundente triunfo desde La Rioja. Luego llegará la Ciudad de Buenos Aires, -antes habrá otras como Neuquén o Tierra del Fuego-, en donde hay un final abierto, con la única seguridad de una segunda vuelta electoral, en principio entre el actual jefe de Gobierno, Mauricio Macri, el kirchnerista, Daniel Filmus. También llegará Santa Fe (24 de julio), y Córdoba (7 de agosto).

Es difícil predecir el desarrollo electoral en la mayoría de los escenarios, con excepción de Santa Fe, en donde el socialismo por ahora mantiene una ventaja considerable, aunque el traqueteo nacional de la organización opositora podría tener repercusiones provinciales con algún grado de alarma. El socialismo integra el Frente Progresista con la UCR, y por estos días son los radicales los que están “apretando” al propio gobernador Hermes Binner para sacarle definiciones nacionales en un momento álgido (Ver: Opositores con taquicardia).

Congresos peronistas

En tanto, y como parte de la burocracia preelectoral, hoy sesionará el Congreso Nacional Justicialista, en Parque Norte, para retocar su Carta Orgánica y desviar la facultad de decidir alianzas al Consejo Nacional Justicialista. No se apresurará con el pedido reeleccionista de la actual mandataria, Cristina F. de Kirchner, pero sí habrá expresiones de dirigentes, extra orden del día, en tal sentido.
En un objetivo similar se reunirá el lunes el PJ bonaerense en la sede de calle 54 casi 7 de la ciudad de La Plata para articular la Carta Orgánica con la actual ley electoral, y otros aspectos de índole puramente burocráticos.

Internas peronistas, y primarias con pedido de suspensión

En tanto, en el PJ provincial, finalmente no habría puja para definir la candidatura a gobernador, y así marchará como postulante único el actual mandatario, Daniel Scioli, quien mostró un armado de solidez interna que le terminaba dando muy poco margen a su potencial oponente, el intendente de Tigre Sergio Massa.

De esa forma, queda claro el panorama de las primarias de de agosto en lo que respecta a la fórmula de gobernador y vice, y lo que sí se puede decir es que ninguna formación, al final, terminará teniendo competencia preliminar. Quizás por esa razón, tanto el Gen de Margarita Stolbizer, como la CC, o el socialismo, hicieron presentaciones en la Justicia Electoral para que se suspendan las primarias de agosto, en virtud de que no hay disputa de ninguna fuerza en el plano provincial.

Sin embargo esa es una situación difusa, porque si bien no habría competencia de cargos a nivel gobernador y vice, nada hace significar que en otras categorías inferiores o parlamentarias la pulseada no exista.

Por otra parte, esa franja de partidos opositores cuestiona la certificación de avales que exige la actual ley electoral, y creen que los mismos no deberían estar acompañados por fotocopia de DNI, una cuestión en donde ese sector opositor esta vez no termina quedando bien parado, porque siempre han sido los que reclamaron transparencia en el proceso electoral. En definitiva, no tener los avales correspondientes es similar a ir a una elección y no contar con los fiscales suficientes para que cuiden las boletas, y después quejarse por faltantes de las mismas.

Por otra parte, nunca es un argumento válido el decir que se hace concurrir a las personas a votar varias veces, como si eso fuera una molestia. Es parte de un sistema político y la participación electoral siempre es bienvenida.


El modelo nacional y el bonaerense

En el plano nacional la proyección viene indicando que Cristina pasa la barrera del 50%, pero no está claro quien es la oposición más votada, aunque Eduardo Duhalde aparece con algo más de ventaja que Ricardo Alfonsín,
El último trabajo de Julio Aurelio, por ejemplo, dicen que la Presidenta está en 45.1% y proyectado se establece en 52.7%. En tanto, en la segunda colocación se ubica Eduardo Duhalde, con un 15.3% y proyección del 17.8%. Más lejos está Ricardo Alfonsín, con 10.8% y proyección a 12.8%. En ascenso, en tanto, se ubica Elisa Carrió, con 7.2%, y proyectada de 8.5%.

El trabajo es de hace menos de un mes sobre unos 3.225 casos evaluados en todo el territorio. Además, por ejemplo, el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, no fue medido.

En la Provincia está sólido el actual mandatario, Daniel Scioli, con 39.8% y una proyección al 44.7%; lo sigue Francisco De Narváez, con 22.2% de adhesión y un proyectado de 24.9. Luego hay empate entre dos referentes oriundos de Morón, como son el kirchnerista Martín Sabbatella, con 9.6% de intención, y 10.8% de proyección, y la líder del Gen, Margarita Stolbizer, con 8.4% de intención y 9.4% de proyección.
Aún hay que mencionar algunas cuestiones vinculantes: Cristina todavía no dio el sí para competir; Binner recién ahora está siendo medido; Eduardo Duhalde podría tener incorporado mayor caudal del voto que dejó Mauricio Macri al recluirse en la Ciudad; Carrió podría avanzar con “morder” algo más del voto que deja el radical Alfonsín luego de la ruptura con los espacios progresistas y su nueva alianza con De Narváez y otros sectores de derecha. Todo eso influirá en el nuevo mapa.

Para destacar es que entre Duhalde y Alfonsín hay alguna diferencia de votos importante -15.3 % a 10.8 % a favor del ex Presidente-; y de consolidarse se dejaría de hablar de empate técnico por la segunda colocación. Por el contrario, los números empiezan a hablar de alguna paridad en la tercera colocación, entre Alfonsín y Carrió (10.8% a 7.2%, por ahora a favor del radical).

Opositores con taquicardia y “crispación”

¿Por donde empezar?, como siempre por lo más claro. Dos situaciones van haciendo cambiar el mapa opositor. Por un lado la bajada de Macri, y a nuestro criterio derivación de votantes hacia Eduardo Duhalde; y el segundo factor es el estallido en el Frente Progresista por la imprudencia radical de hacer jugar en ese armado a Francisco De Narváez sin consulta previa a sus socios socialistas y Gen. Esas dos cuestiones marcan un antes y un después en la definición opositora.

Cuando vemos en las encuestas un cierto aire de Eduardo Duhalde, -que estaba hasta hace un tiempo prácticamente liquidado luego del escándalo de la interna que mantuvo con Alberto Rodríguez Saá-, es justamente porque se benefició en la salida de plano de Macri, y además porque el eje de los forcejeos pasó al llamado panradicalismo. Tampoco es casual que Carrió suba un par de puntos, y Alfonsín se mezcle más en retener el tercer lugar que en avanzar hacia el segundo.

Hay que dejar en concreto una cuestión básica: la mayor parte del votante anti K, se caracteriza por entender como principales puntos negativos de los oficialistas la “falta de consenso, diálogo o exacerbación de posiciones autoritarias”, y por eso se hablaba de “crispación”, en frases de hace un par de años, tales como las tituladas por diarios extranjeros y replicadas por algunos nacionales: “La crispación argentina” o “el país está crispado”. Esos eran los latiguillos opositores para achacarle al kirchnerismo un clima de irritación social y política.

Los votantes opositores, justamente, buscaban tranquilidad y castigaron a los autores de la supuesta “crispación” en el 2009. Ahora, en la actualidad, la “crispación” es la grieta inicial que dividió por completo a la oposición, y hoy por hoy el panradicalismo es quien la lleva intrínseca.

Igual que Lavagna, pero radical

En las presidenciales anteriores Roberto Lavagna, -economista peronista-, se lanzó a la arena política impulsado más que nada por el senador radical Gerardo Morales, en ese momento presidente de la UCR. Formaron UNA (Una Nación Avanzada), y desde ahí pensaban en pararse como la alternativa al kirchnerismo. El resultado fue un fiasco, terminaron terceros y saludados desde arriba por Elisa Carrió que se quedó con la mayor porción del votante radical.

En esta ocasión, el inesperado, sorpresivo y torpe giro de Ricardo Alfonsín desde un eje progresista socialdemócrata a uno más duro y pragmático, en donde se asoció con Francisco De Narváez, amenaza con convertirlo en una réplica de la elección lavagnista. Esta vez, no sería Elisa Carrió quien lo supere, pero sí puede ser Duhalde.

El radicalismo optó, y decidió poner fin al armado progresista, que tenía perfectamente articulado con Margarita Stolbizer, del Gen, y el socialismo nacional que se referencia con Hermes Binner.

La opción lo llevó a aliarse con Francisco De Narváez, y a partir de ahí los problemas empiezan a repiquetear en el comando radical.

Del Frente Progresista al Frente Pragmático

Las primeras señales concretas que demuestran la vulnerabilidad del Frente Pragmático están a la vista. En la Ciudad de Buenos Aires una parte del Partido Radical quiso apoyar a Mauricio Macri de entrada, y no pudieron; y la otra, pretendió incorporarse al Frente Proyecto Sur, y fueron vetados por el propio Pino Solanas. Luego, perdidos por perdidos, golpearon las puertas del bulldog Ricardo López Murphy, y dicen que actuaron con tantas pretensiones y soberbia que salieron con las manos vacías. A todo eso, una buena parte de la UCR Capital terminó apoyando al Frente para la Victoria vía el armado del ex vicepresidente del Comité porteño, Marcelo Montero.

Conclusión: el efecto De Narváez para los radicales porteños lo obliga a ir en una alianza muy particular en la Ciudad de Buenos Aires, y la postulación de la diputada Silvana Giudici, apenas logra reunir el 1.5% de las adhesiones.

Desde Onganía a un “filonazi”

El armado radical porteño no es un dato menor. Entre los partidos que les llevó el denarvaismo está primero en lista el Partido Nacionalista Constitucional. ¿Qué es?, ¿Quiénes son?. La respuesta no es muy buena para la salud de los radicales, porque es una agrupación que, sintéticamente, tuvo dos actos fallidos de importancia en el pasado inmediato. En 1989 quisieron llevar como candidato a presidente al nefasto dictador, -ya fallecido-, Juan Carlos Onganía (para quienes por una razón de edad tal vez no lo recuerden, fue quien lideró la Revolución Argentina, una movida que volteó al ex presidente Don Arturo Umberto Illia, un radical cordobés ejemplo de austeridad y quizá el más digno de todos los presidentes argentinos. Esa revuelta militar, fue la que ejecutó, entre otras barrabasadas, la triste Noche de los bastones largos, y reprimió ferozmente a alumnos y profesores universitarios); y como si eso fuera poco, en el 2000, tuvieron otro mal trago al llevar por algunos días como postulante a la jefatura de Gobierno porteña a Carlos Pillmaier, un supuesto artista cuya primera definición, al diario Página 12, fue: “el holocausto es una palabra inventada como puede ser polo sur”. Tal horrorosa apreciación llevó a que el titular del Partido Nacionalista Constitucional, Alberto Asseff, -un ex radical que se fue en el 73 del centenario partido para apoyar a un sector del peronismo, y luego en 1982 fundó la agrupación en cuestión-, a pedir disculpas públicas, diciendo, -de manera increíble y hasta repugnante-, que no sabían lo que pensaba Pillmaier. Es cierto que al postulante a jefe de Gobierno lo removieron al instante que se conoció su opinión publicada, pero es imperdonable que un partido político lleve candidatos que, supuestamente, no tienen idea sobre que es lo que piensan.

Ese Partido Nacionalista Constitucional es el nuevo aliado de la UCR. Debutó en la Ciudad de Buenos Aires, y ahora será pilar del Frente Pragmático en provincia de Buenos Aires, y así sucesivamente en todo el país (Ver nota: http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=118802 ) .

Por estas horas, el alfonsinismo no goza de la mejor consideración en la UCR. Ayer, sectores vinculados a Fredi Storani repudiaron a la conducción partidaria por el pacto con De Narváez, y se espera una avalancha de renuncias al apoyo de la postulación del hijo del ex presidente Raúl Alfonsín para los tiempos venideros.

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