Capital Federal / La Plata – La candidatura presidencial del diputado radical Ricardo Alfonsín recibió un duro golpe en la Ciudad de Buenos Aires. Allí su partido decidió una alianza con sectores de centroizquierda como el Gen, socialismo y Proyecto Sur, y no con la centroderecha, tal como nacionalmente viene diagramando el centenario partido. Además, se sigue profundizando la fuga de dirigentes que apoyarán al Frente para la Victoria. Ayer Alfonsín discutió con el titular del Comité Capital, Carlos Mas Vélez, y seguramente también lo anoticiaron de una incipiente rebelión bonaerense de su tropa.
Al regresar de Entre Ríos, lugar que eligió para tomarse unos días y poner punto final a su adicción al cigarrillo, Ricardo Alfonsín no se encontró con buenas noticias. Entre la madrugada de ayer y durante todo el día, los radicales porteños decidieron, mediante su Convención Metropolitana, desoír el pacto que dirigentes nacionales están firmando con el diputado Francisco De Narváez y sectores del macrismo o Peronismo Federal.
La conducción radical porteña, encabezada por Carlos Mas Vélez, se enfrentó con el sector de Enrique “Coti” Nosiglia, -ayudado por Jesús Rodríguez-, y cortó de plano el intento de esos dos ex ministros en involucrar a la UCR con el macrismo.
El nosiglismo operó vía Daniel Angelici su incorporación a los apoyos del Pro, pero la mayoría de los convencionales le dieron la espalda y ratificaron un entendimiento con la centroizquierda para ir a las elecciones de la Ciudad Autónoma.
En el medio, y tal como amagaba, una víctima también fue la diputada Silvana Giudici, quien pretendía ser candidata a jefa de Gobierno. Según la mayoría de las encuestas, y a pesar de la ayuda mediática de la corporación de medios, la legisladora no lograba superar el punto o punto y medio de adhesión. O sea, una candidata nada competitiva.
Conocida la noticia, Alfonsín no habría estado de lo más contento, y tal es así que habría reprochado en fuertes términos a Mas Vélez esa decisión. La cuestión no se modificó, y el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín perdió a un distrito clave en su estrategia.
En el medio, desde el bunker del dirigente Marcelo Montero, se siguen hilvanando acuerdos de cuadros radicales intermedios para apoyar al Frente para la Victoria, no solo en su versión local sino en el plano nacional. Montero tiene buena llegada al ministro de Planificación, Julio De Vido.
Efecto dominó
Mientras en la Ciudad de Buenos Aires los radicales clausuraron el diálogo con factores de centroderecha, como pueden ser De Narváez o el macrismo, en la provincia de Buenos Aires hay una rebelión incipiente, y varios intendentes, legisladores provinciales y referentes distritales se están reuniendo manifestando su negativa de acompañar un acuerdo con el “Colorado”, algo que viene charlando la conducción provincial, en manos del alfonsinista Miguel Bazze.
“Si Bazze quiere, que vaya él con De Narváez, pero ese acuerdo es indigerible”, le dijo a Impulso Baires un participante de esos encuentros “rebeldes”, quien además prefiere un entendimiento con el Gen de Stolbizer y el socialismo.
Además de eso, y como vino informando en exclusiva Impulso Baires, ya Alfonsín venía recibiendo deserciones. Por ejemplo, el intendente radical de San Pedro, Pablo Guacone, apoya a la presidenta Cristina F. de Kirchner, y lo mismo su par de Monte,
Raúl Iribarne.
Según conoce este medio, hay por lo menos ocho intendentes radicales en la provincia de Buenos Aires que tienen fina sintonía con la cartera que conduce De Vido, y la cuestión podría crecer.
El impacto a Alfonsín
Sin Capital y con problemas serios en Provincia de Buenos Aires, el acuerdo con De Narváez y fuerzas similares podría caerse.
Los cuadros intermedios del radicalismo, -salvo el cobismo y ex storanistas como el ex senador bahiense Alfredo Irigoin, o algunos alfonsinistas-, no están apoyando el entendimiento con Francisco De Narváez. De hecho, es notable el vacío que le hacen al tema ya que no hay manifestaciones que respalden la situación.
Es propio señalar que en otras oportunidades, cuando la dirigencia radical tomaba determinado rumbo, había un coro interminable de referentes intermedios que hablaban apoyando el objetivo. En esta oportunidad se escuchó solamente el sábado al grupo de Irigoin y el cobismo de Bahía Blanca, y al diputado provincial Gustavo Zuccari, de la cuarta Sección electoral, que sacó un apoyo a las negociaciones de la cúpula y al mismo tiempo los deseos de su espacio para ser candidato a diputado nacional.
Con esa carga pesada en su mochila, Ricardo Alfonsín está que trina, y por estas horas la viabililidad del acuerdo con el Colorado pende de un hilo.
Al regresar de Entre Ríos, lugar que eligió para tomarse unos días y poner punto final a su adicción al cigarrillo, Ricardo Alfonsín no se encontró con buenas noticias. Entre la madrugada de ayer y durante todo el día, los radicales porteños decidieron, mediante su Convención Metropolitana, desoír el pacto que dirigentes nacionales están firmando con el diputado Francisco De Narváez y sectores del macrismo o Peronismo Federal.
La conducción radical porteña, encabezada por Carlos Mas Vélez, se enfrentó con el sector de Enrique “Coti” Nosiglia, -ayudado por Jesús Rodríguez-, y cortó de plano el intento de esos dos ex ministros en involucrar a la UCR con el macrismo.
El nosiglismo operó vía Daniel Angelici su incorporación a los apoyos del Pro, pero la mayoría de los convencionales le dieron la espalda y ratificaron un entendimiento con la centroizquierda para ir a las elecciones de la Ciudad Autónoma.
En el medio, y tal como amagaba, una víctima también fue la diputada Silvana Giudici, quien pretendía ser candidata a jefa de Gobierno. Según la mayoría de las encuestas, y a pesar de la ayuda mediática de la corporación de medios, la legisladora no lograba superar el punto o punto y medio de adhesión. O sea, una candidata nada competitiva.
Conocida la noticia, Alfonsín no habría estado de lo más contento, y tal es así que habría reprochado en fuertes términos a Mas Vélez esa decisión. La cuestión no se modificó, y el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín perdió a un distrito clave en su estrategia.
En el medio, desde el bunker del dirigente Marcelo Montero, se siguen hilvanando acuerdos de cuadros radicales intermedios para apoyar al Frente para la Victoria, no solo en su versión local sino en el plano nacional. Montero tiene buena llegada al ministro de Planificación, Julio De Vido.
Efecto dominó
Mientras en la Ciudad de Buenos Aires los radicales clausuraron el diálogo con factores de centroderecha, como pueden ser De Narváez o el macrismo, en la provincia de Buenos Aires hay una rebelión incipiente, y varios intendentes, legisladores provinciales y referentes distritales se están reuniendo manifestando su negativa de acompañar un acuerdo con el “Colorado”, algo que viene charlando la conducción provincial, en manos del alfonsinista Miguel Bazze.
“Si Bazze quiere, que vaya él con De Narváez, pero ese acuerdo es indigerible”, le dijo a Impulso Baires un participante de esos encuentros “rebeldes”, quien además prefiere un entendimiento con el Gen de Stolbizer y el socialismo.
Además de eso, y como vino informando en exclusiva Impulso Baires, ya Alfonsín venía recibiendo deserciones. Por ejemplo, el intendente radical de San Pedro, Pablo Guacone, apoya a la presidenta Cristina F. de Kirchner, y lo mismo su par de Monte,
Raúl Iribarne.
Según conoce este medio, hay por lo menos ocho intendentes radicales en la provincia de Buenos Aires que tienen fina sintonía con la cartera que conduce De Vido, y la cuestión podría crecer.
El impacto a Alfonsín
Sin Capital y con problemas serios en Provincia de Buenos Aires, el acuerdo con De Narváez y fuerzas similares podría caerse.
Los cuadros intermedios del radicalismo, -salvo el cobismo y ex storanistas como el ex senador bahiense Alfredo Irigoin, o algunos alfonsinistas-, no están apoyando el entendimiento con Francisco De Narváez. De hecho, es notable el vacío que le hacen al tema ya que no hay manifestaciones que respalden la situación.
Es propio señalar que en otras oportunidades, cuando la dirigencia radical tomaba determinado rumbo, había un coro interminable de referentes intermedios que hablaban apoyando el objetivo. En esta oportunidad se escuchó solamente el sábado al grupo de Irigoin y el cobismo de Bahía Blanca, y al diputado provincial Gustavo Zuccari, de la cuarta Sección electoral, que sacó un apoyo a las negociaciones de la cúpula y al mismo tiempo los deseos de su espacio para ser candidato a diputado nacional.
Con esa carga pesada en su mochila, Ricardo Alfonsín está que trina, y por estas horas la viabililidad del acuerdo con el Colorado pende de un hilo.
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